Chau número tres
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
4 comentários:
O mundo cultural ficou mais pobre neste domingo.
Hasta M.B
Recebeu os prêmios Ibero-americano José Martí (2001) e Internacional Menéndez Pelayo (2005).
Fantástico poeta.
NO BLOG DA FUNDAÇÃO JOSÉ SARAMAGO HÁ DOIS PEQUENOS TEXTOS SOBRE A MORTE DE BENEDETTI. UM DELES É DO ESCRITOR PORTUGUÊS JOSÉ SARAMAGO, O OUTRO É DA TRADUTORA E JORNALISTA ESPANHOLA PILAR DEL RÍO.
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Morreu Benedetti
A cabeça diz-nos que não há milagres, mas o coração insiste em crer que um milagre de vez em quando, além de não alterar a ordem do mundo, viria bem como compensação das inevitáveis tristezas da vida. No fundo, queríamos acreditar que a leitura dos poemas de Benedetti, posta a correr ao redor do mundo, faria recuar a morte que ameaçava. Mario perdeu a batalha, nós, os seus amigos, os seus leitores, também. Restará a memória, restarão os livros, mas, neste momento, memória e livros quase nos parecem somenos. A dor e o desgosto não adormecerão tão cedo. Havia Mario Benedetti e deixou de haver.
José Saramago
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No pudimos salvarlo: la cadena de amor con que lo rodeamos, es decir, los poemas que le hemos ido diciendo al oído estos días, no le evitaron la muerte, pero sabemos que le hicieron sonreír. Dijo que estábamos locos y de esa manera supo, una vez más, que era querido sin condiciones.
Mario Benedetti era bueno, y nos hizo mejores. Con su poesía y con su vida ejemplar de resistente, de honestidad democrática y de coraje civil. Era el poeta del exilio, sí, pero viviera donde viviera nunca salió de su patria, que la transportaba por el mundo para que todos fuéramos uruguayos y con esa música conversar en todas las esquinas y en todos los aeropuertos. Ahora seremos nosotros quienes lo llevaremos a él, en nuestra memoria activa, que tendrá que aprender mucho para ser tan definitiva como su vida y su obra.
Querido Mario Benedetti, descansa en paz. Y gracias, muchas gracias.
Un beso
Pilar del Río
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